En el autobús lleva el salto de fe de Kierkegaard en el alma. La ciudad cambia de rostro a 60 kilómetros por hora y se detiene en la parada del barrio que muestra la sonrisa de todos los días.
Los versos de Milton lo tienen oyendo a Belcebú, caminando por Las Fuentes y no por la 35, que es la calle de drogos y putas.
Llega temprano a casa, antes que caiga la lluvia de estrellas. Se encierra en la caja negra del cuarto pensando en lo que ha sentido Jonás en las entrañas del pez.
Los versos de Milton lo tienen oyendo a Belcebú, caminando por Las Fuentes y no por la 35, que es la calle de drogos y putas.
Llega temprano a casa, antes que caiga la lluvia de estrellas. Se encierra en la caja negra del cuarto pensando en lo que ha sentido Jonás en las entrañas del pez.
Francisco Bonivento, 2009
1 comentario:
Excelente, en serio Mr.
Me encanta su calle y espero algun dia pasiente su libro. Soy pura curiosidad.
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