lunes, 28 de septiembre de 2009

Virginia Woolf (1882-1941): El asedio de la locura


Mujer hipersensible, que luchó toda su vida contra la locura, por acallar el lenguaje de la enfermedad, que se manifestó a través de las palabras, de las voces que la acechaban, que la perturbaban, que se apoderaron de ella.
He aquí la carta de despedida que dejó a su marido, Leonard Woolf, fechada el 29 de marzo de 1941, día que decidió poner fin a su vida y lanzarse al río Ouse, y morir ahogada.

Querido,
estoy segura que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a recuperarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todo momento todo lo que uno puede ser. No creo que dos personas hayan sido más felices hasta el momento en que sobrevino esta terrible enfermedad. No puedo luchar por más tiempo. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar, y lo harás, lo sé. Te das cuenta, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Cuanto quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte... que todo el mundo lo sabe. Si alguien podía salvarme, hubieras sido tú. No queda nada en mí más que la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo. No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que nosotros hemos sido.
V. W.

Medardo Ángel Silva y la Generación Decapitada


La influencia directa del modernismo de Rubén Darío y los poetas franceses de final del siglo XIX, en ecuatorianos de los albores del XX, obsesivos de la muerte, oh musa inspiradora, en su poesía melancólica de engalanados versos. “Emperatriz maldita de los negros imperios,¿cuál es la talismánica palabra que te nombra?”, cito para seguir en este curso, tomado de Ofrenda A La Muerte de Medardo, quien precoz en su poesía, se disparó a los veinte o veintiuno. Borja se mató también, Noboa y Fierro a los treinta y tantos; todos ellos suicidados.
Generación Decapitada: He allí el elocuente nombre que la crítica años después le impusiese. Es que estos autores con sus similitudes poéticas, dejaron tantas bellas páginas en la literatura ecuatoriana, cargadas tanto de anhelo, de imposibles, como de tedio, de amor y de muerte. “Y la serena calma de tu mirar florido, que ahoga nuestras almas, exentas de deseo, en un mar de silencio, de quietud y de olvido”.


Danse D’anitra
(Medardo Ángel Silva)

Va ligera, va pálida, va fina,cual si una alada esencia poseyere.Dios mío, esta adorable danzarina,se va a morir, va a morir… se muere.
Tan aérea, tan leve, tan divina,se ignora si danzar o volar quiere;y se torna su cuerpo un ala fina,cual si el soplo de Dios la sostuviere.
Sollozan perla a perla cristalina,las flautas en ambiguo miserere…Las arpas lloran y la guzla trina…¡Sostened a la leve danzarina,porque se va a morir… porque se muere!

Tres versiones de Judas: una mirada diferente del misterio de Judas Iscariote


Tres versiones de Judas; cuento de Jorge Luis Borges, incluido en el libro Artificios, publicado en 1944.

Nils Runeberg, hondamente religioso, miembro de la Unión Evangélica Nacional, publicó en 1904 Kristus och Judas, y en 1909 Den hemlige Frälsaren, en los que se encuentra la clave que descifra un misterio que es central en la teología: la traición de Judas. “No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas”. (De Quincey, 1857. Epígrafe de Kristus och Judas).
De Quincey teorizó que, para forzar a Jesucristo a declarar su divinidad y así encender una vasta rebelión en contra de Roma, Judas tuvo que entregarlo ante el Sanedrín.
“… el más precioso acontecimiento de la historia del mundo”. Esto no fue casual; es un hecho crucial en la redención de la humanidad. El papel de Judas, aunque un tanto superfluo en sí, porque se debe observar que, siendo Jesucristo “un maestro que diariamente practicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apóstol”; a pesar de eso, el hecho está cargado de una elevación metafísica que tiene un lugar privilegiado en el misterio de la redención.
Nils Runeberg dilucida de la siguiente manera el enigma de Judas: “Judas, único entre los apóstoles, intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y a ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta dineros y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aún más la Reprobación".
Dios se hizo hombre hasta la infamia, y para salvarnos eligió un ínfimo camino: a Judas.